LAS “PALABRAS CLAVE” PARA CONSTRUIR UN MAPA MENTAL
Las ideas
importantes se transmiten mediante el uso de palabras clave, generalmente nombres
o verbos fuertes, que cada vez que se leen o se escuchan suscitan un torrente de
asociaciones útiles.
En un Mapa
Mental las palabras clave deben aparecer en la misma página, juntas, y no deben
ir acompañadas de otras palabras accesorias o menos importantes. El cerebro, entonces,
podrá establecer las asociaciones apropiadas entre los conceptos clave.
Es posible
que para recordar un concepto, sea necesario “inventarse” una palabra que transmita
una idea completa, tal vez juntando dos o más palabras, o cualquier otro artificio
que para uno mismo sea significativo. Podemos usar por ejemplo palabras resultantes
de un acróstico o crear un verbo nuevo como lo es “Mapear”.
No use más
de una palabra clave por rama. Cada palabra individual tiene infinidad de asociaciones
posibles. Disponer una sola por línea le da la libertad para la asociación.
Escriba las
palabras clave sobre las líneas. La línea constituye el “esqueleto” para la “carne”
de la palabra. Escriba las palabras con letras de imprenta, ellas tienen una
forma más definida, por lo que son más fáciles de “fotografiar” mentalmente.
(Tony
Buzan)
Ejemplo de
palabra clave: El cerebro es como el M.A.R. (Máquina de Asociaciones Ramificadas).
La palabra MAR es la clave para llegar a “Máquina de Asociaciones Ramificadas”
La mente no
tiene por qué memorizar una gran cantidad de palabras innecesarias, sino una
sola que sirve como código interno especial. Las palabras clave más adecuadas
son: los sustantivos, los verbos, los adjetivos calificativos, algunas frases
cortas (varias palabras-clave a manera de paquetes de información).
(Jazmín
Sambrano)
Tu palabra
clave es la que genera en ti un torrente de ideas. Para cada persona surte
efectos
diferentes.
CÓMO ESTABLECER UN “ENCUADRE MENTAL” PRODUCTIVO PARA RESUMIR TEXTOS
Para conseguir el mejor
rendimiento posible de tus oportunidades para
tomar notas, es
importante que organices tus puntos de vista para tener un mapa mental claramente
estructurado a medida que progreses tomando notas.
- Ojea muy rápidamente el
libro o artículo, para tener una noción general de cómo está organizado.
- Calcula cuánto tiempo
has de dedicar a su estudio y cuánto material has de cubrir en ese tiempo.
- Define metas y objetivos
para esta sesión de estudio, y completa un mapa mental diferente para cada
una de las cuestiones a las que necesites dar respuesta.
- Obtén una visión
general del texto estudiando el índice, los principales encabezamientos,
resultados, conclusiones, resúmenes, ilustraciones o gráficos principales y
cualquier otro elemento que pueda llamar la atención. Este proceso te dará la
imagen central y las ramas principales (o ideas ordenadoras básicas) del nuevo
mapa mental de dicho texto.
- Pasa ahora a la etapa
de visión previa (o inspección previa), considerando todo el material
que no esté incluido en la visión general, especialmente los comienzos y finales
de párrafos, secciones y capítulos - donde suele concentrarse la información
esencial - y añade a tu mapa mental lo que sea necesario.
- La etapa siguiente es
de visión interior, completándose globalmente el rompecabezas del
aprendizaje, aunque pasando todavía por alto cualquier área que presente
problemas importantes. Tras haberte familiarizado con el resto del texto, ahora
debería resultarte mucho más fácil entender estos pasajes y terminar el mapa
mental.
- Finalmente llegas a la
etapa de revisión, en la cual vuelves sobre los puntos problemáticos que
eludiste en las etapas anteriores y revisas nuevamente el texto para resolver
cualquier cuestión pendiente o cumplir algún objetivo no satisfecho. Llegados a
este punto, debes completar tus notas para el mapa mental.
Cómo Hacer un Mapa Mental para Conectar Ideas
Una
vez vista la teoría, pasemos a la práctica y veamos cómo los mapas
mentales te pueden ayudar en tus estudios. Es importante destacar que esta
conexión de ideas tiene lugar tanto durante la creación y el estudio del mapa
mental como posteriormente, al intentar recordarlo.
Paso 1: Define y Ubica la Idea Principal
Para comenzar a elaborar tu
mapa mental, debes colocar el título de este en el centro de la hoja.
El
título se refiere a la idea central de tu trabajo que puede ser:
“Cambio climático”, “La fotosíntesis”, “Las TICS en la educación”, entre otros.
Debe ir acompañado de una imagen que cause impacto y permita al lector saber
cuál es el tema, con sólo recibir esa primera impresión de este.
Veamos
cómo funciona esta conexión durante la creación de un mapa mental: Supongamos
que queremos hacer un mapa mental sobre Miguel de Unamuno, el escritor y
filósofo español. El primer paso sería crear nuestro nodo central:
Paso 2: Organiza los Subtemas.
Comienza a trazar a partir del título, en orden de relevancia y en sentido de las agujas del reloj, una serie de ramificaciones gruesas llamadas subtemas, las cuales se refieren a aquellos aspectos generales que brindarán información específica al lector de lo que se quiere desarrollar.
Los subtemas o
ramificaciones principales son siempre palabras claves y genéricas.
Paso 3: Desglosa los Subtemas
A partir de los subtemas
comienza a separar información específica ramificación, disminuyendo un poco el
tamaño de la letra a medida que plasmas información más puntual, cuidando que
siga siendo legible. Acompaña cada elemento con una imagen o
símbolo que la identifique, así como flechas para ayudar a relacionar las
ideas de ser necesario.
En
este proceso de elaboración del mapa mental es precisamente donde reside parte
de su magia. Mientras lo creas estás aprendiendo y realizando un proceso
mental, resumiendo todo el temario que tienes que estudiar, lo que
favorece la conexión de ideas.
Paso 4: Utiliza Diferentes Combinaciones de Colores
Es recomendable usar más
de tres colores diferentes en un mapa mental para causar mayor impacto en
el hemisferio derecho del cerebro y así retener y comprender la información de
forma efectiva.
Se sugiere utilizar colores
como el rojo y el naranja para el título o el centro de tu mapa mental, colores
tibios como el verde y el marrón para las ramas secundarias y colores fríos
como azul y blanco para las ramas más lejanas.
Por
último, es muy recomendable añadir recursos visuales como imágenes, para hacer el
mapa aún más visual.
La
elaboración de mapas mentales es un proceso que puede realizarse tanto
individualmente como en grupo. Es por eso por lo que muchos relacionan los
mapas mentales con el pensamiento colectivo o la lluvia de ideas. Cada
participante hace suya cada una de las ideas y sus relaciones expresadas en el
mapa, lo que ayuda a “llenar lagunas” mediante conexiones en las que antes no
habíamos pensado, incentivando la generación de nuevas ideas.